Logré trazar con un lápiz de color mi primer dibujo.
Mostré mi obra maestra a las personas mayores y les pregunté si mi dibujo les asustaba.
Me contestaron: "¿Por qué habrá de asustarme un sombrero?"
Mi dibujo no representaba un sombrero… Representaba una serpiente boa que digería a un elefante. Dibujé entonces el interior de la serpiente boa a fin de que las personas mayores pudiesen comprender. Siempre necesitan explicaciones.
Las personas mayores me aconsejaron que dejara de lado los dibujos de serpientes boas abiertas o cerradas y que me interesara un poco mas en la geografía, la historia el cálculo y la gramática.
Así fue, como a la edad de seis años, abandoné una magnifica carrera de pintor.
Estaba desalentado por el fracaso de mi dibujo número 1 y de mi dibujo número 2.
Las personas mayores nunca comprenden nada por si solas y es agotador para los niños tener que darles siempre explicaciones.
Viví mucho con personas mayores, las he conocido muy de cerca. No he mejorado excesivamente mi opinión.
Cuando encontré a una que me pareció un poco lúcida, hice la experiencia de mi dibujo número 1, que siempre he conservado.
Pero siempre me respondía: "Es un sombrero".
Entonces no le hablaba ni de serpientes boas, ni de bosques vírgenes, ni de estrellas. Me colocaba a su alcance. Le hablaba de bridge, de golf, de política y de corbatas. Y la persona mayor se quedaba muy satisfecha de haber conocido un hombre tan razonable.
Las personas mayores aman las cifras.
Cuando les habláis de un nuevo amigo, no os interrogan jamás sobre lo esencial.
Jamás os dicen:
"¿Cómo es el timbre de su voz?
¿Cuales son los juegos que prefiere?
¿Colecciona mariposas?"
En cambio, os preguntan
¿Qué edad tiene?
¿Cuántos hermanos tienen?
¿Cuánto pesa?
¿Cuánto gana su padre?
Solo entonces creen conocerle…
Es necesario renunciar a soñar para poder crecer?… quiero conservar mi niñez, seguir sintiendo, seguir emocionándome al mirar hacia el universo, seguir preguntándome cómo en una caja pueden reproducirse imágenes de circunstancias que están surgiendo a miles de km de distancia… no quiero dejar de aprender, pero no quiero que el aprendizaje me haga inmune al sentimiento…
Cuanto más conozco la realidad más fuerte me hago… menos accesible… perder la inocencia nos hace perder un trocito de felicidad… porqué renunciar a ella… no le tengo miedo al dolor…
principito otra vez, nunca es tarde para leerlo...