Incendiado, quemado, carbonizado, y, por suerte sin noticias de ceniza alguna...
Estas navidades han dado mucho de si, han surgido muchos cambios en mi vida, y todos para mejor...
Mucha fiesta, nunca la había vivido tanto, ni con tan buena compañia, y en el toplist: mi hermano.
Me cansé de dar oportunidades abrí los ojos y todo lo que sentía, rencor, remordimiento e inferioridad, pasó a convertirse en indiferencia, y este paso más me hace sentir grande, nunca se termina de crecer..
Pero también he sentido muchas otras cosas, en estas vacaciones de living la vida loca, me he sentido como un ratón huyendo del aguila.. Es increible como he llegado a ver que en el mundo de la noche todos somos filetones de carne cual Gaga llevaría en la cabeza.
Un gran entrecot que tardas en comerte media hora y ahí acaba la cosa, te sientes satisfecho por tu logro... ENHORABUENA!
¿Quién puede disfrutar de tal tipo de placer? El objetivo es tán simple... tan vacío... y las personas tenemos tantas cosas más interesantes que mostrar...
El instinto animal, por lo que veo, muchas veces se sobrepone al racional y creo que yo soy demasiado humana...
Tambien he tenido conversaciones locas, he pasado frio, me he reido y he vuelto a compartir cosas...
Ahora me toca volver a experimentar, volver a volver, y, en tacto, vista, gusto, olfato y oido.
Que bonito es volver a empezar con uno mismo.
He disfrutado mucho también de las fiestas navideñas en si, me encantan esos dias en los que estamos todos en casa, algunos preparando de comer y otros viendo peliculas o jugando a las cartas. El papa noel hizo caso a la crisis e hizo mover los billetes, de amigo invisible nada, aquí todos con nuestros caprichitos en las manos... que triste que ya se acabó..
Estas fiestas terminaron con atardeceres increibles en Agadir, con belgas simpátiquisimos, algún que otro corazoncito fisurado (no el mio), más compañia familiar, mas excesos alimenticios, la melanina a flor de piel y surf...
Y la vuelta a casa no ha podido empezar mejor...
Escriben unas manos con uñas recien barnizadas en Chanel 505 particulière, un caprichito que me ha concedido el padre de la navidad.
Salud.